En verano es más común practicar actividades como el buceo recreativo, subir puertos de montaña o paracaidismo. Las razones son obvias, pues se tiene más tiempo libre y la temperatura es más agradable que en invierno. Aunque, aparentemente parece que las anteriores no tengan nada en común, no es así: las tres llevan al límite el tímpano y la trompa de Eustaquio. Es decir, cuando sometemos nuestro cuerpo a cambios bruscos de presión ambiental (ya sea en el aire o en el agua), los oídos se ven afectados. Ya que, a más presión ambiental, menor aire contenido en la cavidad timpánica. Es por eso que, si eres una persona con sensibilidad auditiva o con predisposición a padecer resfriados, aconsejamos leer este artículo y/o consultarlo con un otorrinolaringólogo especialista antes de realizar cualquiera de estas actividades. No obstante, las anteriores no son las únicas que llevan al paciente a sufrir barotrauma; ir en coche por la montaña, viajar en tren, coger un avión e incluso estar cerca de donde se haya producido una explosión puede provocar este trastorno auditivo.
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Cuando sometemos nuestro cuerpo a cambios bruscos de presión ambiental (ya sea en el aire o en el agua), los oídos se ven afectados.
¿Qué es el barotraumatismo?
Cuando un paciente es diagnosticado de barotraumatismo significa que ha sufrido un desequilibrio en su oído medio y la trompa de Eustaquio. Concretamente, la trompa de Eustaquio es un conducto que conecta el tímpano con la garganta. Su función principal es controlar la presión de detrás del tímpano y el espacio del oído medio. Por eso, cuando se produce un cambio barométrico y se tensa el tímpano, es común tener sensación de taponamiento y/o mareo. Aunque, mayormente, no acostumbra a lesionarlo, hay que estar alerta a los síntomas que se desarrollan para un correcto tratamiento y mejora de la calidad de vida.
Síntomas principales del barotraumatismo:
Delante de un cambio brusco de presión tan posible es manifestar síntomas como no desarrollarlos. Con efectos inmediatos o unos días más tarde. Consulta aquí los más frecuentes:
- Sensación de taponamiento.
- Hipoacusia (sordera leve).
- Acúfenos (percepción de oír ruidos).
- Dolor en los oídos.
- Vértigo o mareos.
- En casos más graves, aunque no acostumbra a ser lo habitual, puede producirse un sangrado y/o una rotura del tímpano.
Sea cual sea el síntoma, recomendamos consultarlo con un otorrinolaringólogo especialista para que evalúe el caso para poder tratarlo con la máxima precisión y evitar que se prolongue en el tiempo.
En la Clínica de Otorrinolaringología Sagrada Familia contamos con un equipo experto en trastornos del oído medio y patologías de cabeza y cuello. El Dr. Wagner, otorrinolaringólogo y especialista en cirugía de cabeza y cuello (CCyC) nos da algunos consejos para evitar sufrir barotrauma:
- En primer lugar, y siempre que sea posible, evitar viajar en avión o practicar buceo cuando se esté resfriado. ¿La razón? La trompa de Eustaquio está obstruida o inflamada por una infección, y, por tanto, este conducto que conecta garganta y oído medio tiene más dificultad en controlar la presión.
- Realizar ejercicios de deglución, por ejemplo, masticando chicle. Así, se consigue destaponar el oído. Esta práctica es muy recomendable cuando se viaja en avión, sobre todo en los momentos de despegue y aterrizaje que es cuando se da el cambio de presión.
- Si tienes sensibilidad auditiva y vas a realizar alguna de las actividades anteriores, es recomendable realizar ejercicios de compensación de aire suaves y progresivas. Así, el oído se preparará para el cambio de presión y el impacto será menor.
- En algunos casos, se valora la posibilidad de receptar fármacos como descongestionantes nasales que disminuyen la inflamación local y la producción del moco, mejorando de forma aguda la ventilación de los oídos.
- Mantener una correcta respiración nasal para así lograr el equilibrio de presiones dentro y fuera del oído.
¿Cómo tratarlo?
En la mayoría de los casos de barotrauma auditivo, el tiempo y el reposo son el mejor aliado. Dejar de practicar actividades como el buceo recreativo o reducir los viajes en avión o en coche por las altas montañas mejorará significativamente la calidad de vida del paciente. Aunque, si la lesión es más grave, se ha roto el tímpano, hay evidencias de sangrado o se ha perdido la audición, se puede valorar hacer una cirugía. En cualquier caso, el otorrinolaringólogo especialista será el indicado en realizar el diagnóstico y seguimiento.